sábado, 18 de julio de 2009

Huellas nazis entre nosotros

Adolf, Eduard Roschmann, Erich Priebke o Aribert Heim, pueden resultar nombres nazis más que conocidos para la Patagonia.

Pero cuanto más se indaga, más aparece: Joseph Mengele, Albretch Boehme y Erwin Fleiss, esta vez en el Alto Valle. Y hasta una hipótesis con el arribo de submarinos y el propio Adolf Hitler.

Una investigación periodística impresionante que revela las huellas de los Nazis fugitivos en nuestra región.


Escribe: Nicolás Tamborindegui.

Como fantasmas de hechos todavía no aclarados del todo, los nazis aún caminan entre nosotros. Sí, entre nosotros los neuquinos, y no hablamos solamente de aquellas personas que apoyaron desde la zona al polémico partido nacionalsocialista, sino a verdaderos criminales de guerra, personas responsables de múltiples asesinatos y de algunas de las más horrendas torturas imaginadas por el hombre. ¿Cómo se vinculan semejantes asesinos con una región tan distante de Alemania y de la segunda guerra mundial? Simple, apoyados por el gobierno de Juan Domingo Perón, y en el marco de una compleja operación de inteligencia (y con un interés económico, por supuesto) soldados y jerarcas de las SS llegaron tras la segunda guerra mundial a la Patagonia, por entonces despoblada, para comenzar una nueva vida, en la mayoría de los casos con identidades y pasaportes falsos, extendidos principalmente por la Cruz Roja a través de Embajadas argentinas.

En los Alpes patagónicos

¿Por qué elegir la Patagonia y no cualquier otra parte del globo? Porque el gobierno alemán, cuando cae Stalingrado y hay problemas en el Mediterráneo y en Italia, y la caída del Tercer Reich era algo previsible, comenzó a idear, a través de áreas de inteligencia en todo el mundo, un plan de fuga para los principales jerarcas del régimen nazi. Se pensó (y se buscó) un lugar muy difícil de encontrar y lo suficientemente alejado del conflicto bélico mundial: podía ser Mongolia, el Sahara o la Patagonia, siendo esta última opción la mejor concebida, debido a la baja densidad poblacional, a lo arraigada de la cultura germana por aquel entonces (de los pocos habitantes varios eran de habla alemana, y también había empresas radicadas en la zona), a la vasta extensión territorial y a la ya mencionada ayuda y protección a cambio de billetes del gobierno peronista. Todos estos condimentos hacían de nuestra Patagonia, en las décadas del 40 y del 50, el lugar ideal para vivir en la clandestinidad.

Así, “nenes” como Adolf Eichmann, Eduard Roschmann, Erich Priebke o Aribert Heim se asentaron principalmente en la cordillera, ya que encontraron parecidos los paisajes de Bariloche y Villa La Angostura a los de los Alpes europeos. Eichmann, por ejemplo, fue uno de los criminales más buscados de la historia. Vivió en nuestro país bajo el nombre falso de Ricardo Klement. En 1956 fue descubierto en Bariloche en el contexto menos sospechoso: un concurso de filatelistas. Cuatro años más tarde, en mayo de 1960, agentes del servicio de seguridad israelita lo atraparon en Buenos Aires y lo llevaron a Jerusalén, donde fue enjuiciado por una corte de ese país. Aun durante el proceso judicial su cabeza tenía precio, a tal punto que declaró desde una cabina de cristal a prueba de balas. Fue acusado y condenado a muerte por 15 cargos contra la comunidad judía y crímenes contra la humanidad. El 1 de junio de 1962 fue ahorcado, siendo la única vez que Israel ha decretado una sentencia de muerte.

Eduard Roschmann fue durante la segunda guerra mundial capitán de las SS y comandante del tristemente célebre campo de exterminio de Riga, Letonia, donde fue responsable de la muerte de 40.000 judíos. Se hacía llamar Friedrich Wegner y las autoridades de inmigración argentina lo registraron con el nombre apócrifo de Federico Wegener en 1948, cuando ingresó de manera clandestina. Se le reconoce un paso por Buenos Aires y también varias “idas y vueltas” entre la localidad de Puerto Montt, en el sur de Chile, y Bariloche. Allí, en el hospital de esa ciudad fue atendido por una enfermera quien tiempo después lo reconocería por una particularidad: había perdido los dedos de los pies por congelamiento cuando en Europa tuvo que escapar de sus captores caminando descalzo por la nieve y el hielo. Esa no sería la única fuga de Roschmann, utilizó los caminos cordilleranos de nuestra provincia y algunos pasos fronterizos no convencionales para despistar a quienes estaban detrás de su pista. Su búsqueda fue tan famosa que el escritor de best sellers Frederic Forsyth escribió una novela basada en su vida. Se llamó Odessa, se publicó en 1972 y dos años después fue llevada al cine. Murió el 10 de agosto de 1977 en un hospital de Asunción, Paraguay, país al que había llegado escapando de la ley.

La situación de Erich Priebke es más reciente, de hecho hoy continúa con vida a los 96 años en Italia, luego de ser extraditado por nuestro país. Fue quien comandó la denominada Masacre de las Fosas Ardeatinas, en la cual fueron asesinados 335 ciudadanos italianos. Tras la guerra se radicó en Bariloche, donde llegó incluso a ser director del Instituto Cultural Germano Argentino de esa localidad. Vivió tranquilamente sin ser molestado hasta que en 1994 fue descubierto por Sam Donaldson, un periodista de una cadena de televisión estadounidense que había llegado a la ciudad en busca de otro nazi, Reihard Kops, quien, al verse acorralado, reveló la identidad de Priebke como un buen “soplón”. Fue juzgado cuatro años después en Italia y condenado a cadena perpetua.

Pero el caso más publicitado de los últimos años es el de Aribert Heim, denominado como el “Doctor Muerte”. Antiguo médico de las SS, era buscado como responsable del asesinato de centenares de personas, principalmente españoles, en el campo de concentración de Mauthausen en 1941, aplicándoles inyecciones en el corazón, de fenol, agua o petróleo, entre otros crueles y macabros procedimientos. El 19 de junio del año pasado se anunció que podría estar viviendo, con 92 años, en Puerto Montt, Chile, donde reside su única hija, Waltraut Bösser, por entonces de 63 años de edad. También se mencionó que podía estar en Bariloche o a mitad de camino entre ambas ciudades. Por eso, a esa zona arribó una delegación del centro Simon Wiesenthal encabezada por el director Efraim Zuroff, impulsor de la operación denominada “Última oportunidad” que se inició en el año 2002 en Europa y que más tarde se amplió a países de América Latina, principalmente a la Argentina y a Chile para atrapar a criminales de guerra que presuntamente se encontraban con vida. Finalmente se supo pocos meses después, tras la fallida localización en la Patagonia, que Heim falleció en 1992 en El Cairo, Egipto, a causa de un cáncer de colon, según el relato de uno de sus hijos.

Nazis en el Alto Valle

Si bien la gran mayoría de los criminales y jerarcas nazis optó por la zona de los lagos como lugar de residencia o de paso, otros eligieron el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, y acá hay que detenerse en tres nombres: Joseph Mengele, Albretch Boehme y Erwin Fleiss.

De todos ellos, es Mengele el más (tristemente) célebre. Se lo conocía como el “Ángel de la muerte”, vestía de impecable blanco y olía siempre a lavanda. Se trataba de un médico que, a través de macabros experimentos, mataba con frialdad y sin preocupaciones, principalmente en el campo de concentración de Auschwitz. Estaba obsesionado con la genética y principalmente con el hallazgo de gemelos. A nuestro país ingresó con el nombre falso de Helmut Gregor, tuvo un consultorio médico en Buenos Aires y luego se dedicó a visitar asiduamente nuestra zona (también Bariloche y la cordillera). Lo vieron en Allen y en Cervantes, donde solía quedarse varios días en una chacra a la vera de la ruta. Murió ahogado en una playa cercana a San Pablo, Brasil en 1979.

Esa chacra en la que Mengele pasaba sus días valletanos era propiedad de Albrecht Boehme, misterioso teniente piloto nazi que se radicó en el Alto Valle y llegó a ser presidente de la Cámara Agraria de Cervantes. Por su ubicación, tenía contacto permanente con la VI brigada de Infantería de Montaña ubicada en nuestra ciudad. No solamente Mengele sino varios otros nazis importantes se hospedaron en la propiedad de Boehme. Murió allí en 1977.

Erwin Fleiss vivió en Cipolletti, donde murió en 1964. La historiadora Rosana Süther, directora del museo Gregorio Álvarez de Neuquén, en su trabajo “Erwin Fleiss, el jerarca nazi que vivió en el Alto Valle - Parte de la tesis en licenciatura Identidad sociocultural y política de las colonias germanas del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, 1920 -1950″ cuenta incluso de su multitudinario funeral, inusual para la época en esta ciudad: “Cuando salíamos del puente carretero, el cortejo fúnebre ya había pegado la vuelta en la Coca Cola. Y cuando nosotros íbamos llegando a la Coca Cola, todavía salían autos del puente carretero, y eso que estamos hablando del año 1964″.

En su investigación, Süther reseña que “en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, Erwin Fleiss se dedicó a la venta de equipos de aspersión y fertilizantes de la química Monsanto, recorría las chacras en un rastrojero sin sospechar sus vecinos de que posteriormente el CEANA lo señalaría como un jerarca nazi”. La CEANA no es otra que la Comisión de Esclarecimiento de las Actividades Nazis en Argentina creada durante la segunda presidencia de Carlos Menem por idea del canciller Guido Di Tella. En el listado de criminales de guerra que dio a conocer esta comisión a principios de la primera década de nuestro siglo, figura Fleiss y su domicilio en la provincia de Rio Negro. Así, se supo con el correr de los años que Neuquén, Cipolletti, Allen y otros puntos en el Alto Valle eran lugares de paso para los nazis que iban desde la zona de los lagos a Buenos Aires.

La Patagonia de Hitler

Tres casos documentados y confirmados que se suman a otro, que tiene, por ahora, más aires de leyenda, y que dice que el propio Adolf Hitler nunca se suicidó en Berlín en 1945, sino que escapó en avión hasta Noruega y desde allí en un submarino hasta la Patagonia, donde vivió hasta su muerte. Un investigador italiano llamado Patrick Burnside, y otro argentino, Abel Basti, investigaron esta historia y dan fe de que el fürer echó raíces en nuestra provincia.

Todo habría comenzado con el plan de fuga ya mencionado que fue ideado por el gobierno alemán ante la caída del Tercer Reich. Dos submarinos arribaron a una playa desierta en la zona de Caleta de los loros, en el Golfo San Matías, Río Negro en 1945. De uno de ellos habría desembarcado Hitler junto a su esposa Eva Braun y varios secuaces y tras un extenso viaje habrían llegado hasta la estancia San Ramón, en Dina Huapi. Se trata del primer campo alambrado de la Patagonia, perteneciente a capitanes alemanes y centro total de la actividad en Bariloche y zona de influencia por aquellos años. Esa habría sido su primera morada patagónica.

Dos años después, Hitler y compañía se habrían trasladado a Inalco, una imponente estancia ubicada al pie del Lago Nahuel Huapi, en Villa La Angostura, obra del arquitecto Alejandro Bustillo (el mismo del centro cívico de Bariloche). Los planos de esta obra estaban realizados íntegramente en alemán, pese a que el dueño, el abogado porteño Enrique García Merou, no hablaba una palabra en ese idioma.

“Inalco es una anomalía porque es la réplica en escala del Bergof, la residencia de Hitler en Bavaria. En escala porque la casa grande en el Obersalzberg estaba rodeada por las casas de los amigos o prominentes del partido, había cuarteles, granja y una casa de té, entre otras, todo un conjunto dentro de miles de hectáreas, esto se repite en cientos de hectáreas en Inalco: un mini puerto, una fuente tirolesa, grandes y jerárquicas edificaciones, la casa de té, el muelle para barcos, el galpón para hidroavión y la rampa para subirlo”, contó el investigador Patrick Burnside.

“Al igual que el Bergof, Inalco mira hacia el sur, todas las casas en la Patagonia miran hacia el norte para ser calentadas, ser alcanzadas por el sol. La edificación está hecha a la sombra de un bosque y no mirando hacia el sol, porque la única enfermedad real que sufría Hitler era de adenoides, de tiroides, no los mitos que se crearon. En aquella época no se operaba, no existían los medicamentos de hoy. Lo que se aconsejaba era un clima frío, de media altura, seco, que hacía bien a la salud y podía contener la enfermedad”, agrega Burnside.

Además de estas dos residencias, la leyenda y las investigaciones de Burnside y Basti afirman que Hitler fue visto también en Córdoba, Mendoza y Mar de Plata de manera ocasional. Se dice que murió en la estancia Bella Vista, en El Calafate, provincia de Santa Cruz, en la década del 60.

INALCO. Significa “Cerca del agua”. Se trata de una estancia construida en 1943 al pie del lago Nahuel Huapi que habría albergado a Adolf Hitler en Villa La Angostura.
Los submarinos
Otro de los misterios más apasionantes sobre la presencia nazi en la Patagonia son los submarinos, esos mismos que habrían traído a jerarcas y al propio Hitler: estarían hundidos actualmente en la zona de Pozo Salado, muy cerca de la caleta de los loros, en aguas del Golfo San Matías, provincia de Rio Negro. Los submarinos serían dos, uno de los cuales estaría partido en dos partes; ambos tendrían aproximadamente diez metros de arena encima acumulada por el paso de los años debido a las condiciones geográficas de la zona, además de estar, en pleamar, a 12 metros de profundidad.

Las últimas imágenes satelitales que genera el programa Nasa World Wind dan cuenta de dos “manchas blancas” muy cerca de la costa. Zoilo Bonifacio, encargado de la estancia “La Madreselva” en esa zona, dijo haber escuchado historias de parte de un peón ya fallecido y de su patrona, que decían que “hace 60 años, los submarinos aparecían y desaparecían en la playa”. Eduardo Frías, un veterinario y fotógrafo aficionado de Viedma, pudo ver los restos de lo que sería la nave partida durante una bajamar extraordinaria en 1991.

Desde fines de la década del 90 se han registrado seis expediciones en el lugar para encontrar estos submarinos, incluso una realizada por el gobierno de Carlos Menem y otra de bandera finlandesa, pero sin resultados positivos, más allá de registrar anomalías magnéticas en la zona. Para el investigador Patrick Burnside, la falta de resultados se debe a que la búsqueda siempre se orientó hacia la derecha de Caleta de los loros, cuando en realidad debe buscarse hacia la zona de Pozo Salado y Punta Mejillón, tal como lo indican las fotos satelitales. Para el buzo profesional Luis “Tony” Brochado, que participó en varias de estas expediciones, hace falta tecnología satelital y elementos muy modernos y costosos, además de tiempo, como para poder obtener resultados, en una zona complicada para trabajos acuáticos.



CALETA DE LOS LOROS. Reserva natural ubicada entre Viedma y San Antonio Oeste, donde estarían hundidos dos submarinos nazis cerca de la costa.

En la mira de los nazis

REUNIÓN PRO NACIONAL SOCIALISTA EN EL VALLE. Década del 30.

El diario porteño “Noticias Gráficas” publicó el 30 de marzo de 1939 un documento dirigido al jefe del Grupo de la Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (NSDAP) en la Argentina, Alfred Muller, y al Alto Comisionado del Estado Ritter von Epp, a cargo de la Oficina Colonial de la Dirección del Tercer Reich, en el que se detallaba la situación geográfica, económica y social de los territorios de La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego en relación con la población y el capital alemán existente (…) Este documento afirmaba que “…se ha llegado a la conclusión en el sentido de que hay tierra con una relación de un habitante por cada cinco kilómetros cuadrados a considerarse naturalmente como tierra de nadie, si bien en el caso que nos ocupa, por conceptos jurídicos anticuados, aun figura la República Argentina como poseedora. Pero hasta ahora, ningún gobierno argentino ha llenado las obligaciones correspondientes al derecho de posesión, de colonizar esas tierras y de llevarlas a prestar un servicio social que beneficie a la humanidad. Ni el gobierno actual ni futuros gobiernos de Argentina serán capaces ni tendrán intención de cumplir con estas sus obligaciones, por lo que, desde el punto de vista contemporáneo no tiene ningún derecho de hacer valer en forma” (sic) (…) El problema sobre los planes nazis de ocupación de la Patagonia, además de generar las observaciones, críticas y campañas periodísticas en defensa del territorio nacional, también alcanzó la Cámara de Diputados. Allí el legislador socialista Enrique Dickmann encabezó una dura campaña contra los nazis entre 1938 y 1939 y publicó “La infiltración nazifascista en la Argentina”. En ese marco, denunció a los nazis o a técnicos de filiación nazi en importantes reparticiones públicas, incluidas las de la zona: (…) En Parques Nacionales, en Bariloche, actúa el nazi Kains. En Zapala, Neuquén, el encargado de la usina de Luz y Fuerza es el nazi Carlos Maubach, dirigente también de la Legión Cívica. El presidente municipal de Zapala es nazi, se llama Martín Cirilo Etcheluz. El director de los Boy Scouts de Neuquén es nazi, Otto Max Neumann, que dirige el periódico ‘El Territorio’” (…) ¿cuáles fueron las razones para que Enrique Dickmann señalara a Otto Max Neumann como el nazi local? Otto Max Neumann fue director de “El Territorio”, uno de los periódicos pioneros del Alto Valle de las provincias de Río Negro y Neuquén desde 1929, y a partir de 1931 comenzó a publicar el periódico en alemán “Der Bote”, que constituyó el vehículo de expresión por excelencia de la colectividad germana e intentó articular la inserción de los germanos en la vida política, social y económica local. (…) Es difícil reconstruir la genealogía del nazifascismo en la historia del Alto Valle.

Sin embargo, existen indicios como las fotografías mencionadas de 1934-1935, que corroborarían de alguna manera las denuncias de Dickmann. Estas fotografías retratan aproximadamente a un centenar de alemanes reconocidos de la colectividad alemana, entre ellos, Otto Max Neumann, entre mujeres adultas y niños, con exposición de las banderas alemana y argentina y una gran esvástica detrás, símbolo del nazismo imperante en Alemania.

Del trabajo de investigación de Rosana Süther presentado en IX Jornadas de Historia de la Fotografía Argentina (Rosario, 2006), publicado en diario Río Negro (16/12/2007).

La investigación para la TV

Canal 7 Noticias de nuestra ciudad realizó una profunda investigación sobre el tema, que se pudo ver dividida en cinco capítulos durante la primera semana de junio y luego en forma de un programa especial de dos emisiones. “Nazis en la Patagonia” incluyó la presencia alemana en el Alto Valle, la leyenda del escape de Hitler, el recorrido por la estancia en la que habría vivido, la historia de los submarinos hundidos en el Golfo San Matías y las andanzas del “carnicero de Riga” (Eduard Roschmann) por la cordillera. Se recopilaron imágenes y valiosos testimonios en el Alto Valle, Bariloche, Villa la Angostura, Caleta de los loros y San Antonio Oeste. Luego de que Telefe emitiera el informe en todo el país, la Prefectura Naval se interesó por la posición de los submarinos hundidos y está planeando una expedición al lugar que marcan las coordenadas aportadas por el documental. El trabajo también se pudo apreciar en Israel, a través de la señal Telefe Internacional.

Publicada en Revista Altoparlante / AÑO III / NRO. 30 / JULIO 2009 / Neuquén, Patagonia, Argentina.

2 comentarios:

Itama dijo...

Me gustoo muchoo tu nota :)!. Acabo de ver Bastardos sin Gloria, me gusto porque tiene un humor negro que me parece muy gracioso e interesante, llegue emocionada del cine buscando mas informacion sobre los nazis ya que desde que vi Operación Valquiria me entro mas curiosidad por saber mas sobre esta "revolución" por asi llamarlo. Me gustaria saber si sabes de algun libro interesante donde relate bien la historia de Hitler y compañía jeje.
Saludos : ). Si puedes agregarme a mi correo asi tendre una respuesta mas rapidaa es geni_inzunza5@hotmail.com

Sebastián dijo...

Yo también miro muchas películas de la Segunda Guerra Mundial. Mas allá de las mejores que son El Pianista y La Lista de Schlinder, te recomiendo Los Falsificadores, Sophie Scholl, (también me reí mucho con Bastardos...).
No te puedo recomendar ningún libro porque al igual que vos estoy en deuda con ese tema, estoy leyendo mucho de historia argentina, me tientan los libros del nazismo pero no leí ninguno todavía, ya llegará su tiempo.