Decidido partidario de la política de las paralelas, el joven político rosarino rompió con Yrigoyen y lo acusó de personalismo y de egoísmos malsanos. Se alejó para siempre de la Unión Cívica Radical. Yrigoyen nombró padrinos a Marcelo T. de Alvear y al Coronel Tomás Vallée; su antagonista, a Carlos Rodríguez Larreta y a Carlos F. Gómez. Las condiciones del duelo fueron severísimas. El lance se realizaría a sable con filo, contrafilo y punta. El jefe de la intransigencia radical no sabe esgrima y se prepara en pocas horas. De la Torre es un experimentado conocedor del arma. Pero la imperturbabilidad del primero contrasta con la impetuosidad del segundo.
En el galpón de Las Catalinas lidian durante más de medía hora. Cuando el lance termina, Lisandro de la Torre presenta heridas en la cabeza, en las mejillas, en la nariz y en el antebrazo, al tiempo que Yrigoyen resulta ileso. Los duelistas no se reconcilian y el acta que se labra luego expresa que el lance se ha llevado a cabo en San Fernando.
Las causas del duelo estaban en la renuncia que de la Torre había hecho pública ante la convención nacional del radicalismo. “El Partido Radical – decía - ha tenido en su seno una influencia hostil y perturbadora, la del señor Hipólito Yrigoyen, influencia oculta y perseverante que ha operado lo mismo antes y después de la muerte del doctor Alem, que, destruye en estos instantes la gran política de la coalición, anteponiendo a los intereses del país y a los intereses del partido, sentimientos pequeños e inconfesables”.
Fuente: www.historiadelpais.com.ar
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