Gracias por enamorarnos

Llegué de la panza de mamá. Nací en el 83. El pan de este bebé fue la vuelta a la Democracia. La gente decía que tenísa ojos de líder, y el médico que tenía el corazón débil.

A los diez meses comencé a caminar. La Obediencia Debida y el Punto Final. La suba de precios de la noche a la mañana, la canasta familiar deconocida. A los seis años vi el fin de un gobierno. La casa ya no estaba en orden ni felices eran las pascuas.

A los siete años jugaba en el potrero. Y así fue que llegó el mal, un infierno. Nos ilusionaron con los viajes y el uno a uno. Nos decían: ¡síganme que no los voy a defraudar! Sin escrúpulos. Fuimos tan ignorantes. ¿El viaje a la estratósfera sucedió en alguna parte? ¿Cómo fue que sucedió? ¿Cómo fue que lo dejaron?.

Así crecimos, yo y mi generación, en el país de la impunidad. Y pasó el innombrable y llegó la nada. La generación de la política aburrida. Nada y nada de alegría, si jamás arruinó la fuesta de unos pocos.

Pero la gente le creyó y lo votó. Porque somos seres sensibles de carne, porque somos ignorantes y pseudo intelectuales, porque nos equivocamos y también a veces nos ilusionamos con nada. ¡Porque no teníamos nada!

Y comenzamos a no creer y a decir: ¡basta! Porque fuimos parte de toda esa mierda.

Fuimos de la generación del consumo, del sin sueño, de la miseria y del desastre. Del retroceso cultural y de la privatización, de la moneda verde y la ruina celeste. Fuimos de la generación que vendió armas a nuestros hermanos latinoamericanos para guerras. Fuimos de la generación de las vías muertas, del sol sin sol y de la flor marchita sin primavera. Fuimos de la generación de los colchones, del corralito y los corralones. Fuimos de la generación del Indulto, del atentado a la AMIA. Fuimos de la generación de la década infame. De aquella nefasta y mentirosa democracia. Fuimos de la generación de la coima y del cohecho, de las patillas salteñas y las aerolíneas extranjeras. Fuimos de la generación de una justicia sin sabor y de una Corte Suprema honorablemente adicta. Fuimos de la generación del presidente seductor, enriquecido, neoliberal, y pseudo deportista. Fuimos de la generación de la sociedad que resta, de la ferocidad que ignoró a los pobres, que centuplicó la deuda externa y creó el fútbol para pocos. Fuimos de la generación de Tiempo Nuevo, "Mirtha" y "Susana".

Fuimos pobres de alma y también pobres de conciencia. Fuimos de la generación de tranzas y de una soberanía perdida. Fuimos de la generación que hoy padece los noventa. Fuimos de los que preguntamos por Evita y por Perón y que al oír a nuestros padres nos asombrábamos. Fuimos de la generación de los que mintieron, de los impunes políticos que robaron. Fuimos de la generación de la ilegitimidad y de la apatía política más perjudicial. Fuimos de la generación que no militó y que creyó sesgados todos los caminos. Fuimos de la generación que no participó. Fuimos parte del desgano y del chantaje. Fuimos de la generación de la pizza y el champagne, de la elección, reelección y de creerse el mejor. Fuimos de la generación de la roja Ferrari y de la más grave y honda miseria.

Por esto justamente fue que nos costó creer, confiar, soñar y volver a ilusionarse. Pero la política es como el amor y el miedo a volver a enamorarse.

Soy de la generación de un Líder que sin rencor y amor a nuestra alma guió, y que luchó por sus ideales contra la injusticia y la impunidad de la tortura, el odio y el genocidio. Soy de la generación libre que recuerda con alegría de no olvidar de los desaparecidos. Soy de la generación del reconocimiento a las Madres de Plaza de Mayo. Soy de la generación del abrazo, del progreso, del camino hacia adelante como Pingüino.

Del Proyecto Nacional, Popular, y Democrático del orgullo que nace por ser argentino. Soy de la generación que mira canal Encuentro, que lee, canta, grita, llora, ríe y milita. Seremos 6, 7, 8 y más millones de almas que se suman al sueño de un pueblo.

Soy de la generación que enfrenta a los imperios, que fraterniza a los pueblos hermanos. Soy de la generación que agradece por las promesas cumplidas. Soy de la generación que lucha, y que se suma a la libertad. Libertad a poder expresarse y a eliminar los monopolios.

Soy de la generación de Feinmann, "el bueno", de Víctor Hugo Morales, Dolina, Aliverti, Pigna, Barone, Sabato, y por supuesto Galeano.

Soy de la generación del Fondo que ya no existe más. Soy de la generación del Bicentenario y de un Héroe que hizo historia. Soy de la generación de la memoria, del castigo y los juicios a las juntas. Del descuelgue de los cuadros y el coraje que en mi pecho me clavo.

Soy de la generación de la justicia que corta el filo de la balanza y que no descansa y enaltece: Fayt, Zaffaroni, Lorenzetti, Petracchi, Maqueda, Argybaym, Highton de Nolasco.

Soy de la generación que llora y que recuerda tu pasión. Soy de la generación que volvió a cantar con entusiasmo en las plazas. Soy de la generación que te vio ganarle a Clarín. Soy de la generación que te vio amargarte por Racing. Soy de la generación que lloró y que aún llora en las mañanas.

Soy de la generación que te ve caminando en las calles. Soy de la generación del Fútbol para Todos, del amor y no del odio. Soy de la generación que se rio cuando diste vueltas el bastón. Soy de la generación que te acompañó en el homenaje que a todos nos hiela, y que al verte así nada nos consuela.

Pero la muerte es mentira; y es verdad que aquí está nuestra querida Presidenta. Soy de la generación que fue a tu casa, que estuvo contigo y te despidió.

Soy de la generación que se quemó con el fuego que encendiste cuando nos acercamos. Soy de la generación del amor que siempre estará encendido. Soy de tu generación Néstor querido, "Gracias por enamorarnos".

Sebastián Putzoli