lunes, 26 de diciembre de 2011

“Al optar por la derecha, Perón mismo aniquiló su imagen histórica”

En el primer tomo de “Peronismo”, Feinmann analiza la historia del movimiento desde 1943 hasta el regreso del líder al país, en 1972.


Anochece en Buenos Aires. Madres, chicos y estudiantes caminan apurados en la zona de facultades y clínicas de Barrio Norte. Mientras tanto, las luces de un departamento del tercer piso de un edificio antiguo y cuidado se encienden. Allí comienza la jornada de trabajo en la casa del noctámbulo ensayista José Pablo Feinmann. En el silencio de la noche escribe sus voluminosos y polémicos libros y artículos sobre filosofía, historia, política, cine, y que nunca resultan indiferentes. Esos escritos multiplican enemigos y adictos. Se reunió con Néstor Kirchner para hablar de política y ahora vuelve al debate sobre Perón y el Movimiento. Feinmann publicó el tomo I de Filosofía política de una persistencia argentina (Planeta). Un libro “filosófico histórico, de filosofía política” sobre el peronismo del período 1943-1972.

Con este libro, dice Feinmann, “estás comprando un fresco histórico y una reflexión filosófica sobre la condición humana a propósito del peronismo, porque yo analizo hacia el final qué es lo que pasa con el hombre que se vuelve un ser tan destructivo, cómo pudieron matarse así en Ezeiza, cómo es posible torturar, cómo pudo ser la bestialidad de la Triple A...” ¿A qué peronistas va a molestar este libro? A muchos peronistas porque no es un libro peronista. Creo que lo es en la pasión que el autor pone en ocuparse del peronismo y en que no lo denigra sino que exalta muchas de sus facetas y lo califica como el gran relato de los últimos 50 años de la Argentina. Escribo la historia del peronismo porque ahí encuentro todo, la vida, la muerte, la pasión, todo lo que la historia tiene de fascinante. Pero el último Perón que yo trazo, el tercero, es un Perón muy jodido. Y eso a muchos peronistas no les va a gustar.

Desde el arranque usted dice que el peronismo de la época de la resistencia es muy rico pero que ya no lo es cuando vuelve Perón. ¿Cómo se entiende esa paradoja? Hay que tener en cuenta que al peronismo, Perón lo maneja desde Madrid. Es muy rico porque hay contradicciones que surgen y que no se someten al liderazgo opresivo de Perón. Durante 18 años, Perón se cree el mago ajedrecista de la historia. El viejo dice yo desde Madrid manejo todas las contradicciones del movimiento, y entonces manda una carta a los conciliadores, una carta a los duros, una carta a los negociadores, una carta a los izquierdistas. Hay cartas para todos.

Al escribir este libro, ¿qué lo decepcionó más: Perón o el peronismo? Perón, Perón. No, el peronismo no me decepcionó. El peronismo como historia me sigue fascinando. Ahora, el tercer Perón me parece lo peor, que quede claro.

Dice que el tercer Perón es lo peor. ¿Por qué lo ve así? ¿Fracasó? ¿Por- que no fue conciliador? Creo que Perón, si vino a aplicar el escarmiento vino a suicidarse, porque vino a hacerles el trabajo sucio a los milicos. Si viniste a eso te hubieras quedado en España. Y después, el trabajo sucio que empezó a hacer es lamentable. Estoy totalmente en contra porque hizo un trabajo clandestino, fuera de la ley. Cuando matan al padre Mujica, Perón no va a su entierro ¿por qué no va? Que alguien me conteste esto. Si fue al entierro de Rucci, ¿por qué no fue al entierro del Padre Mujica? ¿Por qué lo fue a visitar a la Villa 31 en noviembre del 72? No lo encontró; fue porque lo necesitaba para las elecciones. Y después lo recibe en Gaspar Campos y le dice “el mundo marcha al socialismo”. Cuando lo matan, no manda ni una corona al velorio. Bueno, a mí ese Perón no me gusta. Perón vino y optó por la derecha, pero por la peor derecha, para barrer a la izquierda. Entonces yo digo: ¿a eso vino? El mismo aniquiló su imagen histórica.

¿Cuál fue la responsabilidad de Perón en el origen de la Triple A? Perón participó de la idea de la Triple A, no es que dejó hacer. Perón no pudo no estar enterado. Nombra al comisario Alberto Villar. Si alguien me demuestra que Perón no nombró a Alberto Villar al frente de la Policía Federal yo le voy a creer entonces que Perón estaba distraído, pero Perón no podía no saber quién era Villar. No jodamos, lo habían educado los paramilitares franceses, después había estado en la Escuela de las Américas, ¿qué esperaba Perón que iba a hacer Villar? Era un asesino y Perón lo sabía.

¿Cómo veía entonces la posición de Montoneros en su relación con Perón? Los Montoneros se apropiaron de la JP no sólo por su enlace con Galimberti. Había una fascinación por la lucha armada. Siempre me pareció peligrosa. Nunca la compartí. Pero era imposible luchar contra ella. Perón no pudo ser más claro y lo dijo muchas veces: el peronismo enfrentaba al régimen como movimiento de liberación nacional. Dentro de ese movimiento estaban las formaciones especiales. El las nombró así, especiales . Cuando le preguntan a Perón por su solidaridad con quienes están en la lucha armada, él dice: Sí cómo no. Claro que vamos a ser solidarios con todos los peronistas...

El necesitaba tanto a Rucci como a los Montoneros. Rucci fue más vivo, jamás le discutió la conducción, jamás quiso compartirla con él. Y los Montoneros tenían que saber que la política del entrismo tenía un costo: ser parte del movimiento y acatar la conducción de Perón.

¿Hoy vivimos un nuevo “relato” del peronismo? Recién ahora volvemos a tener peronismo, por eso hay tantos conflictos. Antes éramos todos amigos, estábamos todos contra Menem. Pero ahora no, todos nos hemos sacado las máscaras. Ahora hay muchas peleas porque el peronismo vuelve a tocar intereses de clases.
Héctor Pavón.
Diario Clarín.

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